Móstoles Sur ´C´- 15 ; Móstoles Sur ´B´ - 0
(26/oct/2013)
Goles: 1-0 Luis 4´/ 2-0 Luis 5´/ 3-0 Ale 7´/ 4-0 Jose 11´/ 5-0 Javi 13´/ 6-0 Alberto 18´/ 7-0 Ale 19´/ 8-0 Luis 22´/ 9-0 Samuel 23´/ 10-0 Gabriel 25´/ 11-0 Javi 27´/ 12-0 Gabriel 35´/ 13-0 Samuel 36´/ 14-0 Alejandro 37´/ 15-0 Jose 39´
Poco, por no decir nada, se puede contar viendo un resultado tan contundente. Se preveía un encuentro plácido y no hubo el más mínimo resquicio para la sorpresa. Nos enfrentábamos a nuestros compañeros del ´B´ un equipo recién formado y eso se nota y mucho. Venían de ser goleados inmisericordemente por los chicos entrenados por el abuelo Paco y los nuestros tampoco tuvieron "piedad" de ellos. La situación provocaba un poco de lástima...pobres críos; algunos daba la sensación de no haber jugado nunca al fútbol y se notaba. Salieron al césped, lucharon e hicieron lo que buenamente pudieron. Merecen un aplauso por ello como Los Artistas cuando juegan bien.
Fue un pequeño reconocimiento y premio a los que menos juegan habitualmente. El entrenador puso de inicio a Diego en portería, defensa de dos con Jorge por la derecha y Alejandro por la izquierda, Ale de medio-centro, Javi por la banda diestra y Jose por la opuesta con Luis como delantero centro. De no haberse quedado tirados en la carretera, Samu seguramente también hubiese jugado de inicio. Afortunadamente para el crío, los Migueles acudieron al rescate hasta Valmojado para que pudiese disfrutar de la goleada.
Doscientos cuarenta segundos, cuatro minutos. Eso fue exactamente lo que resistió nuestro rival. Para recibir el primero tuvieron mala suerte; un centro de Luisete fue desviado hasta la red sin que su pequeña portera pudiese hacer nada por evitarlo. De nuevo una imagen ilustra mejor que cualquier palabra. A su lado nuestro ratón de área era grande y no sé cómo explicar cómo debe verse si la comparamos con su compañero de equipo. La chavalilla hizo lo que pudo, que no fue poco ante los nuestros, que no jugaban ni a medio gas.
La escena superior se volvería a repetir hasta ocho veces más tras el descanso. Pocos verdaderos alicientes esperaban en los siguientes veinte minutos. Al menos Miguel vio como su hijo marcaba el tercero, aunque el chaval insistía tras acabar que había metido cuatro. La que no se enteró del gol de su hijo fue Nuria, que prestaba más atención al teléfono que al tanto de su vástago. Menos mal que luego el rubio repetiría para que ella no pudiese decir que no había visto cómo anotaba. También otro rubio apareció en escena. Otro que rompía su mini-maleficio y además con chulería, de tacón hacía el décimo.
Diego se aburría. Normal, no le llegaban apenas balones y menos aún alguno que le inquietase. Javi se marcaba un doblete y para ponerle algo de picante al insulso guiso futbolístico, mi hijo se las tenía tiesas con Jasmine, la mejor futbolista de nuestro rival. La cría se picó con él porque le hizo una carga y se revolvió, algo por otra parte absolutamente normal, pero el árbitro la sacó del campo por esa tontería. Deben tener en los genes el querer ser protagonistas por lo que sea. Lo único que hizo fue provocar su llanto en una acción que pudo haberse ahorrado con una advertencia.
En los últimos compases el propio Gabriel, Samuel y Jose se apuntaban a eso del doblete, y Alejandro vio recompensado su siempre generoso esfuerzo con el caramelo del gol que a todos gusta. En la grada, Sergio, su padre me confesaba que a él lo que le gustaban eran partidos como el del día anterior, pero este año seguro que tendremos alguno más parecido a este. Es lo que tiene las diferencias de edades, y más siendo aún pequeños, que se evidencian en lo físico al margen de saber darle bien a la pelotita. En resumidas cuentas, tres puntos más para no perder comba, y afrontar el descanso por las fiestas con una sonrisa.
Fue un pequeño reconocimiento y premio a los que menos juegan habitualmente. El entrenador puso de inicio a Diego en portería, defensa de dos con Jorge por la derecha y Alejandro por la izquierda, Ale de medio-centro, Javi por la banda diestra y Jose por la opuesta con Luis como delantero centro. De no haberse quedado tirados en la carretera, Samu seguramente también hubiese jugado de inicio. Afortunadamente para el crío, los Migueles acudieron al rescate hasta Valmojado para que pudiese disfrutar de la goleada.
Doscientos cuarenta segundos, cuatro minutos. Eso fue exactamente lo que resistió nuestro rival. Para recibir el primero tuvieron mala suerte; un centro de Luisete fue desviado hasta la red sin que su pequeña portera pudiese hacer nada por evitarlo. De nuevo una imagen ilustra mejor que cualquier palabra. A su lado nuestro ratón de área era grande y no sé cómo explicar cómo debe verse si la comparamos con su compañero de equipo. La chavalilla hizo lo que pudo, que no fue poco ante los nuestros, que no jugaban ni a medio gas.
Una vez se consiguió el primero, los demás cayeron como fruta madura. Ahora sí, Luis hizo un gol de verdad, rompiendo así su mala racha inicial cara a puerta, y luego casi todos se quisieron apuntar al festival goleador. Ale con un par de ellos, Alberto, Jose y Javi, que le ha cogido el gustillo a eso de enchufarla a la red, ponían sus firmas al contundente 7-0 al descanso. Mientras tanto, Tere y yo comentábamos que si tuviesen que haber metido por necesidad una docena, lo habrían hecho sin problema.
Diego se aburría. Normal, no le llegaban apenas balones y menos aún alguno que le inquietase. Javi se marcaba un doblete y para ponerle algo de picante al insulso guiso futbolístico, mi hijo se las tenía tiesas con Jasmine, la mejor futbolista de nuestro rival. La cría se picó con él porque le hizo una carga y se revolvió, algo por otra parte absolutamente normal, pero el árbitro la sacó del campo por esa tontería. Deben tener en los genes el querer ser protagonistas por lo que sea. Lo único que hizo fue provocar su llanto en una acción que pudo haberse ahorrado con una advertencia.
En los últimos compases el propio Gabriel, Samuel y Jose se apuntaban a eso del doblete, y Alejandro vio recompensado su siempre generoso esfuerzo con el caramelo del gol que a todos gusta. En la grada, Sergio, su padre me confesaba que a él lo que le gustaban eran partidos como el del día anterior, pero este año seguro que tendremos alguno más parecido a este. Es lo que tiene las diferencias de edades, y más siendo aún pequeños, que se evidencian en lo físico al margen de saber darle bien a la pelotita. En resumidas cuentas, tres puntos más para no perder comba, y afrontar el descanso por las fiestas con una sonrisa.
