domingo, 30 de octubre de 2016

Liga 2016/17, Jornada 3: Grave tropiezo


Podemos ponerle todos los 'peros' que se quiera... que si el penalty marrado, que si el penalty regalado, que si el penalty no pitado, que si con el larguero nos hemos topado, o que si tengo una prima que vive en Bollullos del Condado... todo eso es verdad, pero más verdad es que volaron dos puntos por una sencilla razón: no jugar al fútbol como sabemos ante un equipo muy inferior. Con mucho oficio, picardía a raudales y un extra de esfuerzo, el Fuenlabreño nos arrancó un empate inesperado que por un minuto, no fue un desastre aún mayor. Pese a restar un mundo para llegar a la meta, al final podemos echar de menos no ganar estos partidos. Si lo de la semana anterior fue un aviso, ésto se convierte en una pequeña luz roja de alarma. No me cansaré de decir que equipo hay de sobra, pero con la actitud de hoy, difícilmente tendremos una alegría a final de curso.


Tercera jornada, segunda visita a La Aldehuela. Dentro de unas remozadas instalaciones, nos tocaba el campo que no nos quiere, según mi amigo Juanma. Gafe o no, por lo que sea esta vez tampoco nos trajo suerte. Ausencias de David y Vega desconvocados y Marcos de última hora. Calorcete de domingo casi veraniego y enfrente viejos conocidos del Inca. Parecían un rival asequible, observando su resultados previos, pero como se suponía, pocas concesiones iban a hacernos.


El dominio inicial nos pertenecía; sin meter una marcha alta, las primeras llegadas eran azules, con Jose como eje en los pases cuyo destinatario era un Ismael que jugaba muy bien de espaldas a portería. Aunque pronto se iba a evidenciar el pecado futbolístico que cometimos durante todo el partido: olvidar las bandas y abrir el campo. Pese a todo, en el 7 se iba a generar la primera clara oportunidad, una pena máxima sobre Kike que él mismo se iba a encargar de ejecutar. Ahí empezamos a comprobar que el mejor de los naranjas era su portero, deteniendo el penalty y el posterior rechace.


Sin ponernos excesivamente nerviosos por el fallo, seguíamos insistiendo por el carril del centro, erre que erre. Isma al cuarto de hora cruzó en exceso la mejor jugada trenzada en conjunto... sin jugar un pimiento, sólo teniendo la posesión, todo apuntaba al gol visitante, pero bastó una semi-ocasión de los fuenlabreños para adelantarse en el marcador; Diego salía tarde y arrollaba a su delantero en la esquina del área. A remar para remontar el 1-0.


Un par de faltas botadas por Alberto y Kike, pero sobre todo otra ocasión de nuestro ´'9' que salió rozando el palo fue el único bagaje de una primera mitad en la que se dominó pero ni mucho menos se convenció. Lo mejor era pasar por el vestuario.  Resetear y empezar de nuevo. Tiempo había de sobra.


Se saltó con el firme propósito de revertir la situación, pero antes de empatar queríamos hacer el segundo. Demasiada precipitación pese al cambio radical de hombres y nombres en la zona ancha del campo. También es cierto que si el árbitro llega a ver el clarísimo penalty por unas manos extendidas a disparo de Jose, la película podría haber cambiado del blanco y negro al color; pero sería injusto cargar las tintas sobre un colegiado que lo hizo todo perfecto salvo ese error de bultom Estoy seguro que debía estar tapado para comerse dicha acción punible.


Pasaban los minutos y el partido se embrutecía. Y en ese terreno los nuestros son unos auténticos pardillos; ni saben ni tienen el coraje para remediar ese tipo de fútbol marrullero por el de toque y clase, que es el que deberían mostrar. Mientras, las múltiples llegadas morían una y otra vez en un portero segurísimo pero que no tuvo que hacer ningún paradón, las cosas como son. Logicamente, los de casa jugaban a la contra. Fatigados y sin cambios intentaban aguantar el chaparrón como podían... y lo hicieron muy bien, incluso cuando se quedaron con diez por la lesión precisamente de su guardameta. Lejos de jugar con cabeza, caímos en su juego de provocaciones y enmarañar el partido. Muchos padres criticaban al final del partido que el rival hiciera eso, pero yo me pregunto ¿qué queréis que hicieran? Fueron mucho más inteligentes sabiendo leer un partido que se les complicaba por momentos.


Tampoco la fortuna nos acompañaba. El larguero y la línea de gol les salvaba de la igualada a falta de cinco minutos en un chut a bocajarro de Ismael que no encontraba un premio que, al menos por insistencia, merecían nuestros chavales. El crono corría más que el correcaminos; pasados tres del tiempo reglamentario un cabezazo de un defensa casi se convierte en auto-gol... no había manera. Pero en el córner posterior otro zaguero detenía con la mano un balón que se colaba tras un barullo en el área pequeña. Esta vez Isma no iba a fallar, y con el tiempo más que cumplido, hacía la merecida igualada. Reflejo de lo cándidos que son los nuestros, la mayoría fue a celebrarlo a la banda como si hubiésemos ganado la Liga en vez de ir por el balón, si bien es cierto que el árbitro no iba más que a dejar sacar de centro para pitar el final. Un síntoma de la poca picardía que tienen nuestros hijos.


Dejamos escapar al trío de cabeza, quizá sea lo de menos si lo comparamos con las sensaciones de dudas mostradas en los dos últimos partidos. La semana que viene toca otro rival de los de abajo, pero a tenor de lo visto, a la mínima nos la lían. Así que, cero confianzas que no podemos permitirnos otro traspié.

sábado, 22 de octubre de 2016

Liga 2016/17, Jornada 2: Lección para el futuro


No se puede (ni se debe) ser duro con quien da lo que tiene, y no dudo ni por un instante que los chavales pusieron todo lo que tenían sobre el campo. Dicho esto, lo que sí se puede (y debe) es ser crítico, porque desde este punto de partida es cuando se puede mejorar. Desde el primer al último futbolista, siguiendo por los entrenadores y acabando por los padres, debemos reflexionar sobre un partido que casi se pierde por un exceso de confianza. Una enseñanza que hará más fuerte al grupo. Porque el equipo está por encima de todo, e independientemente de ganar o perder, lo importante es que nuestros hijos mejoren y se superen.


Bueno, dejo mi filosofía de 'todo a 1€' para contar lo que sucedió en el Centro Acuático Andrés Torrejón... no quiero ni imaginar el día que llueva de verdad. Libreta nueva en mano, cortesía de Manoli y cámara preparada para inmortalizar los mejores momentos, Los Artistas afrontaban el segundo encuentro con el zurrón de la moral lleno tras la victoria siete días atrás. Con las únicas ausencias de los Sergios recibíamos a un rival que mostró ser muy correoso. El agua y el pésimo estado de la moqueta jugaban a su favor, pero el fútbol lo hacía del nuestro.


Tras unos minutos para asentarse, pronto el control fue para los azules. En la primera que conectamos... gol; Vega robaba, Jose asistía y Kike mataba. En menos de 180 segundos se evidenciaba quien era mejor pese a desenvolverse en un clima desfavorable. El propio Kike e Ismael tuvieron a renglón seguido la oportunidad de aumentar la distancia en el marcador, pero los de Fuenlabrada, en una acción aislada empataban al cuarto de hora. Suele pasar que cuando vienen mal dadas, el equipo se cortocircuita, y lo peor es que nadie sobre el verde da una voz de ánimo para arengar a la tropa. Una indecisión de Diego al quedarse a media salida casi nos cuesta el segundo, pero la bolita no quiso entrar. La fortuna nos sonreía y justo después, Jose se inventaba un pase magistral para Marcos que, de manera primorosa, driblaba a su portero para ponernos por delante otra vez. Gol balsámico para el equipo en el partido y para el chaval en lo personal, que se sacudía su ansía por marcar, algo que se le negaba en los anteriores choques.


A partir de ahí y hasta el descanso, Jose sacó la batuta para dirigir la orquesta. Qué partidazo se marcó el '10' hasta que le duró la gasolina; cuando muestra esta versión es una delicia verle. Sobrepasado el ecuador de un más que aceptable primer acto, iba a llegar el tercero; Gabriel anticipaba en defensa, avanzaba con el balón y lo servía al corazón del área donde lo bajaba Kike para asistir de cabeza a un Ismael que también se estrenaba. Y para cerrar antes del silbatazo que dirige a vestuarios, Marcos firmaba su dueto a pase del dueño de la banda izquierda. 4-1 contundente, nadie podría sospechar lo que estaba por llegar.


Nada más iniciarse el segundo periodo, ellos se toparon con el poste, que nos salvó en una acción donde la defensa se quedó pasmada. Susto que fue compensado rápidamente con el quinto de la mañana; Kike se aprovechaba de un charco-balsa y batía la desesperada salida de su portero. Qué felicidad, qué facilidad, qué tranquilidad... y qué tormenta iba a llegar, pero no del cielo, sino en las cabezas de los nuestros, que lo vieron tan sencillo que se durmieron como los camarones ésos que dicen que se los lleva la corriente.


Todo empezó con una falta más que dudosa a unos 25 metros del área y que acabó dentro de nuestra portería. A partir de ahí el modo pánico se puso en 'on' y los de rojo, con mucha más picardía, supieron adaptarse a ese nuevo partido que parecía haber empezado. Balones largos a la espada de la zaga y a luchar como si no hubiese un mañana. De repente estábamos 5-4.


Borrados cual Tippex del centro del campo, aterrorizados en defensa, y anulados en ataque, sólo la aparición de Aitor por la diestra dió energías al equipo para no venirse abajo definitivamente. Una internada suya fue el germen del sexto, obra de Ismael en boca de gol, donde debe estar un buen delantero centro (excluyan a Benzemá por favor). Llegaba la calma ¿O no? Porque iba a ser lo segundo. En un córner fatalmente defendido volvían a recortar hasta la mínima expresión. Aún restaban una decena de interminables minutos llenos de angustia.


Cuando peor pintaba todo, curiosamente los chicos no se pusieron nerviosos y empezaron a hacer lo que mejor saben: tener la pelota y jugar con criterio. Si se cuenta lo malo, con más motivo hay que ensalzarles lo positivo. Ahora nuestra portería no se veía amenazada, todo lo contrario, atacábamos con criterio y sin prisas. Otra llegada del pequeñajo por la derecha significaría el séptimo y tranquilizador tanto. Javi, que llevaba poco sobre el césped, remachaba el gol definitivo en una acción que simboliza lo que siempre ha sido: un tío con dos pelotas. Cómo me alegro que esté de vuelta, aunque aún tiene que darnos más.


Se ganó, con un 7-5 más propio de un Nadal- Djokovic, pero se ganó. Este es el primer aviso de lo que nos espera, ya no son niños pequeños y los rivales nos van a esperar con el cuchillo entre los dientes, y aunque sean inferiores, como es el caso relatado en estas líneas, no van a regalar nada... ni un 5-1 a falta de veintipocos minutos es garantía de victoria. Como sé que son muy inteligentes, aprenderán de lo ocurrido para no volverlo a repetir. Ahora toca seguir entrenando y mejorando. Como decía el sr.don Bolo por whatsapp, no se trata de buscar culpables sino soluciones. ¡Vamos figuras!


domingo, 16 de octubre de 2016

Liga 2016/17, Jornada 1: Buenas vibraciones


Confieso que lo que más complicado me resulta es encontrar un titular para los partidos de los chavales. Y la música, como en muchas otras facetas de la vida, sale al rescate; en esta ocasión los Beach Boys y su Good Vibrations me vienen al pelo para plasmar en unas palabras la primera actuación de Los Artistas. Buenas sensaciones... pero confianzas cero, aún queda mucho que mejorar. Una contundente goleada que debe servir para seguir trabajando a la vez que elevar la moral de la tropa.



Por fin llegaba el día 'D' y la hora 'H'. Primer desplazamiento a Fuenlabrada de los muchos que nos quedan, para enfrentarnos a una incógnita. Aparentemente, nuestro rival mezclaba chicos de primer y segundo año, nada por lo que asustarnos... hasta que comenzó el partido; con alguna sorprendente variación táctica, los nuestros salieron con la caraja en todo lo alto y las dos primeras ocasiones claras fueron para ellos. Sendos errores al cerrar ambos laterales estuvieron cerca de costarnos muy caro. Comentábamos después el qué hubiese sido si, pero al margen de ser fútbol ficción, afortunadamente no pasó.


En apenas cinco minutos pasamos de poder encajar a adelantarnos en el marcador; Marcos, que pisaba su territorio natural, se marcaba una gran jugada por la diestra en la que driblaba a su portero y le ponía un caramelo a Kike que no desaprovecharía. 0-1, el partido cambiaba diametralmente. Un halo de confianza pareció invadir a los nuestros, que empezaban a mover la pelota de lado a lado. El propio Kike iba a tener el segundo en sus botas, pero no llegaría a meter el borceguí a tiempo ante la pronta salida de su portero, que salvaba el mano a mano. Pero sólo unos instantes después, Jose sí acertaba a meterla en la jaula tras una bonita acción coral.


La brecha entre ambos equipos era notable, no ya por los goles sino más bien por las sensaciones que mostraban unos y otros en tan magnífico césped. Y entre algún que otro resbalón de los protagonistas por el rocío de la mañana que se resistía a desaparecer, y la ridícula actitud de el del silbato, la primera parte poco a poco perecía, no sin antes dejarnos unas cuantas master-class de Alberto de cómo un central debe ir al cruce, en las que acompañaba como buen escudero un muy entonado Gabriel. Pero antes, Kike, otra vez Kike, aparecería para firmar el tercero en otro cara a cara que ésta vez sí, resolvió con templanza torera firmando así su particular doblete.


Por si quedaba alguna duda de quien se iba a adjudicar los tres puntos, en tan sólo unos segundos de la reanudación, el cuarto iba a ser una realidad; adivinen... sí, de nuevo el dorsal '15' entraba por la zurda y su centro lo desviaba un defensa a las mallas. 0-4 inapelable. Pese a todo los nuestros querían más, y entre el carrusel de cambios (ojo que los hicimos todos casi del tirón faltando aún mucho partido) y la perdida por momentos del centro del campo, el encuentro empezó a deslucir un poquito. Bien es cierto que esa circunstancia fue breve, pronto se retomó el control y mientras tanto vimos emerger a Diego en la única ocasión de los de casa que nuestro cancerbero solventó con una doble parada de mérito.


Con los chicos de refresco se vieron cosas muy interesantes también. Zipi Aitor revolucionaba el carril derecho con sus carreras y se hacía acreedor del quinto en una de sus diabluras. Un par de minutos más tarde, Ale aprovechaba la alocada salida de su guardameta para dar muestras de su clase colocando una preciosa vaselina al alcance de pocos chavales en categoría infantil. La cuenta se detendría en esa media docena, aunque aún habría cosas que ver y disfrutar.



Porque no sólo de goles vive el aficionado al fútbol. También da gusto ver cómo Boliche recogía el testigo en defensa y volvía por sus fueros, esos que no ha olvidado pese a pasar casi un año en blanco. U observar cómo el moreno breaba a Manuel con patadas y comprobar que el tío es una roca, fuerte y noble como pocos. O comprobar como Marcos no cejaba en buscar su golito que tantó mereció pero sólo la cepa del poste impidió...


Muchas cosas que quedan en el tintero y acabarán saliendo. Estoy convencido. No me canso de repetir que Equipo, con mayúsculas, hay para disfrutar de una gran temporada. ¡Ánimo chicos!