domingo, 25 de febrero de 2018

Liga 2017/18, jornada 15: La racha continúa

Otro partido serio. Otros tres puntos que sumar. Jugando así, con este nivel de concentración y compromiso colectivo, vamos a estar peleando hasta el final por el ascenso. Aunque nos lo pongan difícil. Da igual encontrarte con ineptos disfrazados de árbitros, o sospechosos resultados de los rivales... Los Artistas y quienes les apoyamos, seguimos creyendo en el ascenso. Nada ni nadie nos va a impedir seguir soñando


Cerca de los dos tercios de campeonato, tocaba recibir a un equipo de la media tabla, y que además, nos complicó mucho el partido de ida. La película fue bien distinta a aquella. La soleada mañana invitaba a disfrutar del fútbol.


Resumiendo de forma rápida, el encuentro tuvo un color, el azul, y una dirección, la del marco del cancerbero rayista. Saliendo de la manera que se sale en los últimos compromisos, tenemos las de ganar en la mayoría de ocasiones. Es cierto que en los primeros minutos costó dar ese último pase y/o lanzar a portería. Pero la lógica impondría que, tarde o temprano, las ocasiones claras caerían por su propio peso. La primera fue de Javito, a bocajarro, empaló un balón en el segundo palo, pero este salió demasiado centrado. En cualquier caso, la espita se había abierto, era cuestión de tiempo que llegasen más oportunidades, y por ende, el primer gol.


Hasta la llegada de ese ansiado tanto, Kike es quien más cerca anduvo de conseguirlo. Primero en un golpe franco que ejecutó hacia la base del palo, donde apareció su guardameta para salvar con una soberbia estirada el estreno en el marcador; más tarde, un tiro cruzado del ´11´ casi consigue la recompensa que perseguían los de añil. Acabaría por llegar. A la media hora, un balón al espacio libre de la zona izquierda, lo cazaba el del flequillo teñido para, ganando línea de fondo, servirle un caramelo a Isma, que como buen delantero centro, aparecía donde tiene que estar un killer, todo lo contrario que Torres o Benzema.



Se había macerado a fuego lento el 1-0, al estilo de un suculento guiso casero. El segundo, en términos culinarios, fue fast-food, rápido y de más sencilla elaboración. Lavado sacó de banda en tres cuartos, Boliche pegó un patadón al área y el bote y su dorsal más bajo hicieron el resto. Como una centella el de Fuensalida fue hasta la valla para dedicárselo a su tío César. El partido estaba prácticamente encarrilado. Con ese par de tantos se ganaban nuestros pequeños ídolos el merecido descanso. E incluso Javi pudo aumentar la renta, pero el palo impidió que su habitual titánico esfuerzo le hubiese otorgado un golito. Por cierto, no se pasó un sólo apuro atrás, con una zaga sólida, que apenas hizo que Diego tuviese que inmutarse en la primera mitad.


Tres cambios de cromos anunciaban el segundo acto. Nada se vio alterado salvo esas permutas. El control local era total y absoluto. A la salida de un córner botado por Marcos, Aarón estuvo a punto de hacer el tercero, pero la madera se topó ante su cabezazo. Gran partido del lateral derecho al que le faltó esa pizquita de suerte que seguro le hubiese hecho ilusión. Sólo faltaba remachar el encuentro. Isma, a pase de Jose al hueco también casi lo consigue, pero su tiro cruzado se marchó rozando el palo. No se acababa de rematar la faena.


Quizá si el del silbato hubiese concedido gol en un chut del propio Jose, que tras dar en el larguero, pareció botar claramente dentro, y más si atendemos a la reacción de su defensa y portero, el encuentro se habría zanjado definitivamente. Pero el hecho en sí de no dar validez a ese gol-fantasma fue quizá lo de menos. El show de muchachuelo fue de órdago. ¡5 tarjetas amarillas sacó a los nuestros por verdaderas memences! En serio, son muy malos. Pero mucho. Y lo peor no es eso, sino que se crean los verdaderos protagonistas de lo que pasa sobre el césped. Bien haría la Federación Madrileña en controlar un poquito las actuaciones de algunos que vienen poco menos que a llenarse el bolsillo a base de desconocimiento y chulería.


El partido avanzaba en el crono inexorablemente, entre el control absoluto de los nuestros y el creciente descalzaperros del trencilla. A poco que apretábamos el pie del acelerador, se embotellaba a los de la franja en su área. El gol de la tranquilidad no llegaba, pero como atrás, Manu esta vez, no se veía exigido ni una sóla vez, todos tan contentos. Tres puntitos más que anotar en nuestro casillero.


En unos días, visita al Majadahonda. Chavales que, por lo que vimos en la ida, practican un juego parecido al nuestro, por lo que no habrá que fiarse un pelo. Ojalá el próximo fin de semana haya que ver por whatsapp muchos vídeos grabados por el sr.Vélez y que un servidor tenga que hacer la ya clásica foto de grupo y posterior meme. Será una buena señal.



domingo, 18 de febrero de 2018

Liga 2017/18, jornada 14: Otros tres a la buchaca

Siguiendo la inercia del subidón de la pasada semana, una nueva victoria sonrió a Los Artistas. Fue, afortunadamente, un partido mucho más placido. Estamos montados en la ola, en la cresta de la ola, y desde ahí queremos surfear hasta que acabe la Liga. Con la actitud mostrada en estos últimos encuentros, nuestros rivales van a tener que tenernos muy en cuenta. Pelearemos el ascenso hasta el final, estoy convencido.


Enésimo viaje hasta Getafe. Mañana más que agradable, se podría decir que hasta calurosa en la época en que estamos. Hubo que hacer encaje de bolillos para completar una convocatoria de 16, entre lesiones y ausencias varias. Pero los que estaban, eran de sobrada garantía


La emoción del partido fue efímera. Lo que tardó Ismael en anotar a pase de Jose, es decir, apenas sesenta segundos. Muy pronto se nos ponía de cara, y más que lo iba a hacer poco después. Pitu, de enlace entre los medios y el punta, ponía el segundo en apenas un par de minutos . Con el tempranero 0-2 se evitaban sobresaltos innecesarios. Así hay que comenzar todos los encuentros, con intensidad.


Los anaranjados apenas invadían nuestro campo. Era la ocasión para intentar mover de lado a lado, buscar espacios, desmarques... pero en vez de eso se jugaba demasiado vertical. No es que cada uno buscase hacer la guerra por su cuenta, persiguiendo ponerle su firma al gol, pero sí se mostraba demasiada precipitación. No era cuestión de agrandar la cuenta sin más, sino de cómo hacerlo, y hasta casi el final de este primer periodo, no se volvió a tener cierto equilibrio.


A partir del tercero, que volvió a anotar Pitu, de cabeza, casi sin saltar ante la cándida inacción de su defensa, se retornó a jugar con un poquito más de orden. El cuarto no iba a tardar mucho más en aparecer; Kike la ponía en la escuadra de falta directa por una infracción cometida sobre Vega, que dicho sea de paso, se hinchó a robar balones en la medular gracias a su poderío físico y colocación.


Un minuto más tarde, en la acción combinativa más bonita de los de azul, Aitor acabó sirviendo casi en bandeja a Kike un gol que hacía la manita. La cosa no iba a parar ahí; en una de las recuperaciones de Dani, el 0-6 lo iba a lograr Ismael a pase de éste, marcando así su particular doblete. La escandalosa goleada podría haber sido mayor si el larguero primero, y el poste después, no hubiesen frustrado el gol de Jose, que jugaba más retrasado de su posición habitual, pero que tampoco le impedía la llegada al área contraria.


Todo pintaba de color de rosa, pero cuando se cumplía el tiempo reglamentario, la bala rubia apoyaba mal la rodilla y en el giro acabó sufriendo un esguince, como después de partido acabaríamos sabiendo. El míster tuvo que sacarlo en brazos, el chaval no podía posar la pierna del dolor. Una fatalidad que llena un poco más un sitio que nos gustaría ver vació siempre, la enfermería.


El aliciente de la segunda mitad estaba en ver dónde se detendría la cuenta. Pero fíjate que en la única vez que nos llegaron a puerta, gol que te crió. Un fallo en cadena que afearía el marcador y particularmente, me da mucha rabia que se produzca. Penalizaron nuestra relajación, lógica por otra parte, pero ante otros equipos puede resultar muy peligroso.


El motín local duró un suspiro. Pronto se restablecería el orden lógico de quien ponía el fútbol sobre el césped. Lavado anduvo cerca del séptimo, pero iba a ser Vega, tras un saque de esquina, quien lo conseguiría. Con varios cambios ya hechos, la gente de arriba buscaba su tanto. Lástima que Javi no lo lograse, siempre lo da todo pero en esta ocasión no tuvo suerte.


Quien si que se alió con la cara amable del gol fue Jhork. Y lo hizo por partida doble. El primero de su cuenta particular fue con un zapatazo desde el pico del área grande; el segundo, tras aprovechar un rechace de un golpe franco que había ejecutado Dani, pero que su portero evitó en primera instancia con una soberbia parada. Casi nos perdemos entre tal maremágnum de goles. A falta de algo más de diez minutos el resultado era ya de 1-9.


Con todo el pescao vendido, hasta Gabriel, casi aterrizado de Praga, tuvo unos minutos. Algo perdido de medio-centro centro, casi marca el décimo, pero ese honor fue para Pepito, que merecidamente lograba anotar empalando un balón que quedó suelto en el área. Fueron diez, como pudieron ser quince de haber sido necesarios. Casi que mejor dejarlos para compromisos más apretados.


La semana que viene no podemos despistarnos. La fundación del Rayo nos puso en aprietos en la ida, y aunque somos mejores, hay que demostrarlo, saliendo a tope y sin bajar la guardia en ningún momento. Llamadme pesado, pero no me canso de repetir que confiamos en vosotros, porque lo habéis demostrado ya, y lo vais a seguir demostrando.


domingo, 11 de febrero de 2018

Liga 2017/18, jornada 13: ¡Claro que se puede!

Estos son los partidos con mayúsculas. Los que perduran en la memoria. Estoy seguro que los chicos (y los que no lo somos) nos acordaremos de esta fantástica victoria cuando pasen los años. Y será con una sonrisa dibujada en el rostro. Qué partidazo hicieron. La dura derrota de la primera jornada fue vengada y de qué manera. Una demostración de que, no sólo cuando hay que jugar tocando, sino cuando hacen falta un par de huevos sobre el césped, los nuestros no se achantan contra nadie. Simplemente de ´10´


Comenzaba la segunda vuelta. El co-lider nos devolvía visita. Estoy convencido que alguno del rival se pensaba que se iba a repetir la historia. Pero habíamos aprendido la lección. Los que jugaron y los que animaron dieron una lección de compañerismo. Ibamos a presenciar los mejores 70 minutos de la temporada:


Si echamos la vista atrás, y repasamos algunas crónicas y partidos, si había algo que echar en cara a Los Artistas era su tibieza al iniciar muchos encuentros. Mentalizados y concentrados al 101%, no iba a transcurrir ni un minuto cuando la presión de Isma supuso una clarísima falta al borde del área, que incluso alguno vio dentro. Daba igual. Marquitos la puso con mimo sobre la moqueta, sacó un cañonazo tierra-aire cercano a la escuadra y el 1-0 ya brillaba más que la soleada mañana. La piña que vemos abajo era el reflejo de lo importante que era empezar de esta manera.


Con el gol apenas pudimos apreciar el planteamiento y el dibujo táctico. Una vez digerida la euforia inicial, vimos como el equipo estaba muy juntito, haciendo buena la máxima aquella de uno para todos y todos para uno. Modernizándolo un poco, en Corea del Norte no hay formaciones militares tan ordenadas como estuvieron los chavales durante todo el partido. Qué manera de echarse una mano los unos a los otros. La clave estaba sobre todo en sujetar a la bestia, el 8. El máximo goleador de la categoría sufrió, y utilizo bien el verbo, el marcaje al hombre impecable de Vélez. Dudo mucho que Javi se arrime tanto a la novia. En la siguiente foto podemos observar lo más lejos que estuvieron uno de otro.


El encuentro era tenso a más no poder. Pese a lo complicado del envite, los de azul eran ligeramente superiores. Un par de faltas que se marcharon por encima de su portería eran nuestra aportación ofensiva más destacada; lástima que que Ismael no pudiese encarar a su fornido central, pero era el peaje que había que pagar por tener el control en el centro del campo, donde Alonso y Vega eran auténticos colosos. Las barreras de seguridad eran infranqueables, la defensa un muro, con un Alberto pleno de confianza. Todo funcionaba a las mil maravillas.


Según avanzaba el crono, de forma muy lenta para nuestros intereses, el choque se iba endureciendo, eso sí, sin mala fe por parte de ningún equipo. El jovenzuelo de verde no pitaba ni una; aquello parecía una guerra de guerrillas. Pero nuestros figuras no se arrugaban. Sólo en los últimos compases se temió que podría llegar el empate, con un par de córners en contra y en la única ocasión donde su pichichi pudo darse la vuelta y rematar, pero Manu, hiper-seguro siempre, atajó el peligro, dando una lección de seguridad y concentración.


Rezábamos para que nada cambiase en el segundo acto. Y nada varió. Confianzas cero. Cualquier error se pagaría caro, pero es que nadie de los nuestros bajó el pistón. Kike y Marcos redoblaban esfuerzos como extremos y ayudando en defensa. Seguíamos tan firmes atrás que su entrenador hacía un triple cambio, pues era imposible meternos mano. Impecables es la palabra.


Si lográbamos el segundo, nuestros casi infartados corazones lo hubiesen agradecido. Pero qué fácil es decirlo. Y las tuvimos; primero con un centro-chut de Gabriel que a punto estuvo de escapársele al portero, y sobre todo el un golpe franco directo que Vélez estrelló en el larguero. Era imposible pedirles más. Ellos, desesperados, sólo buscaban balones largos para su hombre punta, pero allí siempre aparecían el Bolo, o Lavado, libre de marca esta vez, que desbarataban tan rudimentarios planes. El orden lo era todo, y los de añil representaban la perfección.


Más lentamente de lo que quisiéramos, el partido iba tocando a su fin. En los últimos compases, un par de saques de esquina en contra nos hicieron temer que en una acción aislada todo el esfuerzo se pudiera ver mellado. Además, el del silbato quería tener su cuota de protagonismo alargando mucho más de lo necesario un partido que debió acabar al menos un par de minutos antes. Pero los que deben acaparar el foco son quienes de verdad se ganaron un hueco en el universo fútbol.


Fueron grandes, grandes de verdad. Y no por ganar, sino por cómo lo hicieron. Desde el primero al último, lo dieron todo. Baste el ejemplo de Jhork, que acabó cojeando tras recibir un pisotón en su tobillo derecho. Aarón, Aitor y Edu, aunque sólo fuesen unos minutos, también se vaciaron. Así se hace un equipo.


Al acabar el partido la explosión de alegría fue más que lógica. El titánico esfuerzo había tenido su recompensa. Una vez alcanzados los vestuarios, se podía escuchar los manotazos de euforia contra las paredes de uralita de los chavales. Un triunfo que les hace creer en sus posibilidades. Queda mucho aún. El objetivo, aunque complicado, sigue en pie. No dejéis nunca de soñar, ni con los ojos abiertos, ni cerrados. Todo está en vosotros.



domingo, 4 de febrero de 2018

Liga 2017/18, jornada 12: No perdemos la fe

Se salvó el primer match-ball. No descubro nada si digo que, desde este partido hasta que acabe a Liga, todo son finales. Y se solventó de forma positiva... pero con mucho sufrimiento. Este parece ser el sino de la temporada. No es la primera vez que se remonta un encuentro, que tiene mucho mérito, pero la parte menos amable es lo mal que se arrancan los choques generalmente. Siempre es bueno reflexionar para no repetir errores. Ganamos, sí, pero hace falta estar conectado los setenta minutos porque cualquier despiste nos apartará definitivamente del sueño del ascenso.


Otro madrugón. Es una tónica que también se repite este curso. Hubo que hacer malabares para acceder a los vestuarios, pues las puertas interiores no se abrían. Solventado el percance, los dieciséis convocados, apoyados desde la grada por Pitu, Aarón y Edu (que puso los banderines en los córners como podéis ver al final de esta crónica) se disponían a sumar tres nuevos puntos ante un rival que nos acechaba en la tabla clasificatoria.


Ya avanzaba en el primer párrafo que los inicios no suelen ser muy buenos. Este partido no iba a se la excepción. Con ambos equipos entrando en calor, un saque de esquina botado desde su perfil izquierdo iba a suponer el primer mazazo. Si no me equivoco, llegaron a pasarse el balón desde el primer al segundo palo sin que nadie reaccionase. Otra vez a remolque. El 0-1 hizo daño. Pero al cabo de un rato se reaccionó. Tanto Kike como Marcos tuvieron el empate en sus modernos borceguíes, pero la pelotita en la ambas ocasiones se fue lamiendo el palo.


Cuando más se apretaba iba a llegar el segundo de los de rojo. Nos volvieron a cazar como pardillos con un saque de esquina que remató a placer libre de marca uno de los suyos. Complicación doble. A base de orgullo y casta, personificado en un impecable Lavado durante todo el choque, se intentaba revertir tan desfavorable situación. Marquitos la tuvo otra vez, pero el gafe de cara a gol parecía que iba a ser la constante; su chut cruzado se topó con la base del palo. Daba la sensación de que no íbamos a perforar su portería de ninguna manera. En una internada por la zurda, Kike la volvía a estrellar en la madera, y menos mal que por allí aparecía Isma, muy atento, para remacharla a la jaula. Volvía para alegría de todos el killer, de donde no tenía que haberse ido nunca.


Si alguien lo intentó hasta el descanso fueron Los Artistas. Desde luego no fue una gran primera mitad, pero irnos a vestuarios en desventaja con las que tuvimos fue algo injusto. Máxime cuando otra combinación entre Marcos y Kike, se marchó al limbo cuando se cantaba el empate. Los infantiles -nunca mejor dicho- errores atrás, y la falta de puntería, ponían cuesta arriba un segundo acto donde tocaba remontar sí o sí.


La reanudación parecía cargada de cloroformo por su parte. Era lógico que quisieran dormir el partido. Urgían los cambios pues la cosa no funcionaba. Ahora ya ni se llegaba. Entre su ritmo lento, y las payasadas del árbitro que ralentizaban el juego, el fútbol no fluía. Pero en el minuto 53 el encuentro iba a dar un giro inesperado, como suele pasar en toda buena película de suspense. Una falta escorada botada por Kike iba a suponer el empate en un clamoroso error de su portero como recoge la certera instantánea que hizo Gema. El 2-2 llegaba quizá cuando menos lo merecíamos. Las gallinas que entran por las que salen, como se suele decir.


Sin duda este fue el punto de inflexión. Ellos se vinieron abajo, pero lo que más importa, los nuestros se vinieron arriba. En apenas un minuto se iba a completar la remontada. Qué bonita jugada se fabricaron entre Kike e Isma que acabó remachando con maestría éste último. Doblete para el dorsal ´26´ en su feliz retorno.


Pese a quedar mucho tiempo aún, el partido ya estaba decantado. La inercia favorable fue más que suficiente para que nuestros figuras no volviesen a pasar apuro alguno. Todo lo contrario. El cuarto llegaría pocos minutos después, en un penalty cometido sobre Kike, que en realidad fue más claro aún instantes antes sobre Aitor. Marcos lo ejecutó con categoría junto al palo, imposible para su guardameta. Ya casi al final, Vega lograría el quinto con una falta al borde del área, redondeando una manita que pudo ser más amplia incluso, puesto que Javi y el propio Aitor pudieron hacer la brecha incluso más grande todavía.


Si este partido era complicado, ni que decir tiene el siguiente. Ya sabemos como y a qué juegan los líderes. Sólo a nuestro mejor nivel podremos ganarlos. Capacitados estamos, y para ello hay que estar motivados, concentrados y sobre todo creyendo en que es posible. Yo creo ¿Quien se apunta?



jueves, 1 de febrero de 2018

Liga 2017/18, jornada 11: El objetivo se complica

Y de qué manera. Está claro que aún queda mucho y cualquier cosa puede pasar, pero siendo realistas, esta dura derrota, quizá exagerada pero justa, hace que el ascenso se vea ahora como algo complicado. Hace falta más trabajo para alcanzar la meta, y ahora que se está en horas bajas, es cuando más hay que estar unidos. Que nadie dude que desde este humilde blog, siempre, repito, siempre, se os va a animar, pero las soluciones pasan por vosotros. Así que... ¡Vamos que podéis lograrlo!


Con un frío considerable, nos plantábamos ilusionados en Getafe a eso de las ocho y cuarto de la mañana. Dieciséis guerreros convocados, y alguno que no, dando ejemplo para animar a sus compañeros pese a no entrar el la lista de elegidos


No fue un buen arranque. Desde la jugada inicial, donde nos pillaron como si fuésemos un equipo de benjamines, hasta pasado el minuto cinco, el equipo no entró en calor. Afortunadamente, un muy atento Manu desbarató hasta tres tiros lejanos para poner algo de calma. Había que reaccionar, y vaya si se hizo.


Superado el caos inicial, me atrevo a decir sin forofismos, que hasta que nos marcaron antes de la media hora, los que mejor fútbol desplegaron fueron los nuestros. Pivotando sobre un Vega imperial, y con el esfuerzo de todos y cada uno de los que vestían de rojo, la balanza se inclinaba ligeramente a nuestro favor, pese a lo equilibrado del choque.


El propio Dani tuvo un par de buenas ocasiones; primero en un cabezazo que se marchó alto a la salida de un córner y poco más tarde en una combinación que nacío en Kike, continuó con Jose y que nuestro '9' no consiguió embocar a la jaula. Fue una lástima que al menos no nos marchásemos al descanso con empate, pero siendo sinceros pudo ser peor, porque con el descando tocando a las puertas, quizás aturdidos por su gol, a punto estuvimos de encajar otro.


Había esperanzas en el segundo acto. Qué pena que no se pudieron materializar las clarísimas oportunidades que se tuvieron. Todos, incluido alguno de los que estaban sobre el césped gritamos gol cuando Jose estrelló en el palo una falta lateral botada por Gabriel. Si Sergio hubiese acertado en el mano a mano que tapó su portero y cuyo rechace mandó arriba Marcos con media portería vacía, estoy convencido que el final de la película hubiese sido otro. O si también nuestro '7' la hubiese pegado de lleno en otra meridiana ocasión que se marchó al limbo.


Se perdonó la igualada y se acabo pagando. De forma muy cara y amarga. Su segundo tanto fue un semi-regalo, el tercero olímpico e inesperado y el cuarto con los chicos rotos de cansancio y moralmente muy tocados. Nuestros errores y su poderío físico pueden ser un resumen tan simplista como objetivo. Fueron mejores en el global del partido y hay que reconocerlo. Como decía al principio de esta áspera y más corta de lo habitual crónica, sólo a base de sacrificio y compañerismo se puede dar la vuelta a la tortila.


En apenas unos días cerramos la primera vuelta con un compromiso nada fácil. Pero este debe ser el primer ladrillo de la remontada. No se puede fallar ya. Estoy convencido que lo vais a dar todo.