sábado, 7 de abril de 2018

Esta vez sí, hasta siempre

Ahora sí que sí. Reprimiré las ganas de ponerme delante del teclado. De disparar y retocar fotos con la cámara. Guardaré las libretas en un cajón. Lo que hace casi siete años empezó como una diversión, toca a su fin. Aquellos mocosos que apenas levantaban unos palmos del suelo, son ya casi hombres. No veo sentido para continuar este blog, y aunque en el fondo me duela horrores, ésto se acabó.


Os pido perdón de todo corazón por este abrupto final. Un corazón desgarrado (quien me conoce sabe que no exagero) me impide ponerle el broche que merecería esta inolvidable etapa, pero que no sería sincero si continuara haciendo algo sin ilusión. Y aunque no debería explicarlo, nada tiene que ver con la desconvocatoría de mi hijo en el último partido, por si algún malintencionado pudiera pensar que eso me fuerza a cerrar prematuramente Doce Artistas y un Gandul.


Seguiré vibrando en el futuro con algunos de vosotros, con otros, por desgracia no. Me he sentido un jugador más en cada unos de los partidos, seguramente haya sido mi error, pero en cada acción he empujado con el alma esa pelota que no entraba o extendido un  guante imaginario para no encajar un gol. Si alguien por la forma de hacer las cosas, o de plasmar lo que he presenciado en cada campo, se ha sentido molesto, le pido disculpas, pero de otra manera no hubiese sido yo.


Y lo más importante de todo. A los que se han vestido cada fin de semana de corto, diluviando o con 40° a la sombra, os doy las gracias. He disfrutado mucho con vosotros, y espero, que cuando en el futuro os de por rememorar alguna de las decenas de crónicas, sepáis que este tipo grandullón de malas pulgas, las hizo con las entrañas, con todo el cariño que merecíais.


Sois grandes, Artistas... mucho. Hasta siempre.