Qué mejor manera que ganar para resarcirse de las dos injustas y dolorosas derrotas recientes. Y además jugando bien al fútbol. Fue el partido del casi, porque hubo un montón de oportunidades para no haber llevado nuestros corazones al límite del tiempo de alargue. Retorno al triunfo, por si alguno por ahí, se piensa que estos chavales se iban a venir abajo. Aquí están los Artistas para dar matraca hasta el final... veremos quien ríe dentro de catorce jornadas.
Dieciséis futbolistas, los justos para completar convocatoria por las ya habituales (desgraciadamente) ausencias de Ale y David. Respetando el clásico dibujo táctico, nos enfrentábamos a un equipo del que no podíamos fiarnos un pelo. Eramos conscientes de sus antecedentes dando alguna campanada, así que, confianzas cero.
Nada más iniciarse el encuentro, ellos empezaron tratando bien el balón; luego nos enteramos que todos eran de segundo año, aunque físicamente no impresionaban como otros. Como decía, comenzaron tratando de mover la bola, pero a eso, modestia aparte, hay pocos por no decir ninguno en nuestro grupo que nos gane. En un par de minutos el control, los acercamientos y la sensación de peligro era nuestra.
Fruto del dominio, pronto iba a nacer el primer tanto. Marcos, esta vez por la izquierda, sacó del bolsillo la escuadra y cartabón para servir un caramelo en diagonal a un Aitor felizmente recuperado para la causa; voleón pa'dentro y 0-1. Complicado empezar mejor.
Las buenas sensaciones se multiplicaban sobre el césped. En otra combinación, el segundo estuvo a punto de caer... Ismael sirvió otro esférico a Zipi que cruzó rozando el palo. Las oportunidades se sucedían. De nuevo Isma iba a disponer de otra que se marchó lamiendo el otro poste. Pese a no marcar, nuestro '9' dio un recital de cómo jugar de espaldas, ganar la posición y zafarse de los rivales. Partidazo el suyo. Como el del resto, vamos. La defensa espectacular y la media manejando el cotarro. Tenía que llegar casi por lógica el segundo tanto.
La única mala noticia fue la recaída de Alberto. Otra vez la rodilla dando por saco. Reestructuración al canto con Sergio Robles a la medular y Vélez haciendo de nuevo las funciones de '4'; y por mucho que diga su padre, el chaval volvió a completar un estupendo encuentro en esa posición. Habemus central de garantía.
Pasaban los minutos. Diego, salvo en un par de balones largos que tuvo que despejar, era un espectador más. Se acercaba el descanso con el solitario gol, pero se le pudo sumar otro del propio Aitor que fue anulado por fuera de juego. Legal o no, la verdad es que el árbitro estaba siendo ecuánime, algo que ya hemos comprobado que no pasa siempre. Y entre 'casis' nos fuimos al tiempo de parón obligatorio lamentando no haber machacado pero alabando el juego coral de los azules.
Varios cambios se darían al inicio de los segundos treinta y cinco minutos; entre ellos la entrada de Kike... viene a cuento por una frase de JuanMaurinho que quedará para la posteridad, refiriéndose a él y a Isma: "Ya están los dos, el tridente". Si no existiese habría que inventarlo. Chanzas aparte, se comenzó de la misma manera, dominando pero sin dar la puntilla. Otra vez nuestro '9' rondó el gol que se le negaba pese a su encomiable esfuerzo. Poco a poco un cierto temor empezaba a recorrer nuestra grada, temiéndonos que nos la clavasen en su primera llegada.
Hubo cerca de diez minutos de cierta zozobra, que afortunadamente dieron paso a un nuevo control de la situación. De nuevo las ocasiones retornaban a favor. Con Vega de medio centro defensivo se cogía otra vez el timón. Más arriba ellos paraban cada llegada sin miramientos, pero sin dureza, todo sea dicho. A Jose cada vez le ponían más cerca el balón del área. En la primera falta directa la puso cerca de la madera, y en la segunda sólo la manopla y el larguero impedían la definitiva calma en el marcador. La angustia por finiquitar el choque se palpaba en el ambiente.
El reloj seguía su imparable camino hacia el setenta, y no había manera de cerrar los tres puntos. Otra vez Isma la tuvo, pero la enganchó de abajo a arriba... la pelotita no quería entrar. Algunos descreídos seguíamos pensando que podríamos pagar las ocasiones marradas; en esto que, faltando apenas dos minutos, falta en contra casi en el pico del área grande. Canguelo, para que negarlo. Pero ahí estaba Manu que, cuerpo a tierra, desbarataba su único chut entre los tres palos.
No hubiese sido justo, pero vete con ese cuento al Sr.Fútbol. Ya en tiempo de prolongación el árbitro señaló un orsay, esta vez totalmente inexistente a un Sergio Pérez que había arrancado en pos del gol de la tranquilidad. Y sólo un minuto después, esta vez sí, Pepito clavaba a la tercera el tanto que hubiésemos ansiado todos por no pagar un extra a nuestros cardiólogos.
Toca cerrar la primera vuelta ante un rival ciertamente asequible si miramos la clasificación. Sumar y hacerlo de tres en tres es la fórmula para el ascenso. Me consta que el míster ya les ha puesto deberes a los chicos: ganar los próximos ocho partidos seguidos. No debe ser ninguna heroicidad sino más bien un reto. Reto para el que están más que capacitados y en el que aquí estaremos todos para acompañarles.