Madrid Sur Cup. Día 3

Móstoles Sur- 2 / Libertad Alcorcón- 2

¿El vaso medio lleno o medio vacío? Un empate, viniendo de dos derrotas, para alguno podría ser positivo, pero visto lo visto en Getafe, para quien escribe es otro pasito atrás en el camino de este equipo. Qué le vamos a hacer, ya con la cabeza y corazón enfriados, lo tomaremos con resignación.

Teniamos un rival enfrente al que, si le ganábamos y se daba otro resultado favorable a nuestros intereses, hasta podía catapultarnos a la segunda plaza del grupo. No fue posible. Al contrario que en los anteriores encuentros, no comenzamos por encima en el marcador. Nuestro oponente consiguió anotar a poco del comienzo, y algunas como Lola, creían ver una buena señal visto lo visto en los precedentes.



Entre el abrasador sol y el tedio iban pasando los minutos, hasta que Jose, volvió a hacer de las suyas para reestablecer la igualada. Las tablas durarían poco, ya que en un fallo en defensa más propio de chupetines, los de Alcorcón se pusieron de nuevo en ventaja. Por cierto, que en la zaga faltó desde el primer tanto Alberto, que se agarró uno de sus ya famosos enfados y no hubo manera de hacerlo cambiar en su encabezonamiento. El pobre Juanma sufría más desde la valla que el crío.

Total, que con 1-2 restaba toda una segunda parte para inentar la remontada. Por cierto, hubiese sido más factible si el orondo colegiado señala un clarísimo derribo sobre Ismael cuando se marchaba como una bala hacia la portería. La organización, que se jactaba de tener árbitros de Gran Bretaña, Grecia y de varios países más, lo que tenía que hacer es buscarlos buenos y fisicamente preparados, qué menos.



La reanudación, como viene siendo norma en estos días, trajo consigo un deplome en nuestros artistas, que si bien dominaron territorialmente, no fueron capaces en casi ningún momento de dar tres pases buenos seguidos. Con una gran fortuna, ya que el bote del balón le jugó una mala pasada al pequeño portero rival, Jose firmaría un doblete. Pero de ahí en adelante fue un ejercicio de impotencia de cara al gol.

Pese a que seguíamos monopolizando el balón, no sabíamos muy bien qué hacer con él. Tanto fue así que salvo un lanzamiento de Juan, que detuvo con agilidad el cancerbero, no hubo más tiros a puerta. Todos queríamos que nuestros chavales ganasen, pero la apatía del césped parecía contagiarnos a los de fuera. Al final se acabó con unas tablas que nos obliga a enfrentarnos con el campeón del cuarto grupo. Nunca se sabe si nuestros artistas darán el do de pecho y nos brindarán la última sonrisa.

Menos mal que luego la selección nos dio una alegría. La mayoría fuimos a ver las semifinales de España contra Portugal a un bar cerca de la casa de Miguel (Luisete). Disfrutamos de una histórica tanda de penalties de la que queda esta fotografía como recuerdo.