Resultado: Estoril ´B´- 1 ; Móstoles Sur - 5
"Es que el partido era fácil..." Esta es la respuesta que dio David a su padre cuando le preguntó por qué habían hecho un encuentro tan flojo. Esta claro que cuando Los Artistas, por muy artistas que sean, salen a medio gas, nos "regalan" tostones en forma de partido. Hacia mucho tiempo que no les veía jugar con esa mezcla de apatía y superioridad que muestran a veces y que en fútbol no es buena consejera. Se ganó, sí, pero entre bostezos.
Para volver a medirnos al colista de la competición, el tándem Jose-Gabriel puso en liza al siguiente siete inicial: Diego en portería, defensa de dos para David en la izquierda y Alberto en la derecha con Adrí, que ejerció de capitan por delante de ambos, y arriba Alejandro como enganche, Luisete por la banda zurda y Gabriel en la contraría. El 11-1 de la primera vuelta era el referente, algo que tenían en mente los chavales y que quizá involuntariamente, no les hiciese exprimirse al máximo.
El choque tuvo poco que contar. Apabullante superioridad de los nuestros pero con escaso brillo. El tiempo pasaba y para ellos lo bueno es que no llegábamos a poner casi nunca en apuros a su portero. Alejandro volcaba el juego de ataque casi siempre por la zona de Gabriel, que aprovechando su rapidez generaba las pocas llegadas de las que disfrutábamos. Mientras, en el otro lado, Luis se encontraba algo perdido sin pisar su hábitat natural, el área. Bien pasado el ecuador, Ale conseguiría sacar tanto al equipo como a los que vamos a verlos del letargo; un fuerte zapatazo suyo sirvió para abrir la lata, aunque no el tarro de las esencias. Los chavales seguían fríos sobre el verde y sólo al final, de nuevo Alejandro a la salida de un córner, volvería a marcar para cerrar el primer acto con 2-0.
Hasta el pitido final hubo tiempo para encajar un gol tras un saque de puerta defectuoso y sobre todo para disfrutar de la delicatessen de Jose. El hijo del míster, tocado en el tobillo desde hace un par de semanas jugó poco, pero aprovecharía los escasos minutos para cerrar la goleda con un estupendo lanzamiento de golpe franco. Qué clase y golpeo tiene el niño. Una vez acabado el encuentro, por fin pudimos celebrar el cumpleaños de Gabriel y los chavales tuvieron tiempo de seguir estrechando lazos entre hamburguesas y juegos. Quizá eso sea una de las cosas importantes, que sean cada vez más amigos.
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