Liga federación #12: Una trampa, dentro y fuera

Móstoles Sur - 3 ; Arroyomolinos ´B´ - 4

(01/feb/2014)
Goles: 1-0 Alberto 1´/ 2-2 Samuel 16´/ 3-3 Gabriel 29´

Errare humanum est. O lo que es lo mismo, equivocarse es de humanos. Fallan los profesionales...cómo no lo van a hacer los niños. Perdimos por nuestros propios fallos y la liga se pone en chino. Pero no sólo erraron los chavales, muchos de los mayores también lo hicimos. Caímos en la cobarde provocación que nos tendió el sheriff del lugar. La jugada le salió bien, rodeado de acólitos en su pequeño cortijo. Luego hablaré de ello. Primero, el fútbol, lo que verdaderamente debería importar. 

Advierto que será una crónica más breve. Algunos lo agradeceréis. No me apetece rememorar la película de hace unos días. Me han quitado la ilusión por esta Liga. Sin cansancio acumulado, pues el viernes no se jugó la competición municipal, el entrenador se decidía por el siguiente siete titular. Diego defendiendo la portería, Alejandro de cierre, David y Alberto en sus habituales puestos en la defensa, Jose y Gabriel en los suyos más arriba, y Luisete como referencia en punta.

El partido empezó a salir de boca. Sacábamos de centro y en tres segundos, Alberto cañoneó desde el punto central. 1-0. Todo parecía rodado. Lástima no haber remachado en los siguientes minutos el encuentro. Gabriel tuvo una muy clara pero el balón se marchó rozando el poste, e inmediatamente después, Luisete a bocajarro se topó con la afortunada acción de portero. Tras marrar dos clarísimas, ellos empataron tras una falta con dos chavales en fuera de juego, uno de ellos quien remachó el rechace de Diego.

Empezaba un nuevo partido pero los nervios se instalaron en Los Artistas, especialmente en la portería. Sobre el minuto diez, ellos conseguirían ponerse por delante. Nada más recibir su tanto, el árbitro, horroroso para ambos, nos regaló un penalty por una mano que casi todos vimos como involuntaria. José lo tiró al centro, y su portero, que previamente había ido a desconcentrarle, y anteriormente demostró la educación que les dan, no se disculpó tras arrollar a Gabriel en una jugada, lo repelió. Afortunadamente, Samu casi a renglón seguido lograba poner las tablas en uno de sus ya típicos goles.

Se acercaba el descanso, y pese a ser muy superiores, tan sólo rascábamos un empate que de poco servía. La suerte no estaba de nuestro lado; Ale, pese a no estar del todo bien fisicamente, tuvo en su diestra el gol, pero el larguero les salvó. A poco de acabar este periodo, volverían a adelantarse en una jugada sin aparente peligro, en la que nuestro siempre fiable guardameta, evidenció que no era su mañana. Pero no pasaba nada...quedaba mucho por jugarse.

La segunda mitad fue un asedio continuo por nuestra parte. Tardó en llegar, pero llegó el merecido gol del empate. Gabriel arrancó la moto por su banda, y esta vez sí, su tiro cruzado se alojó en la red contraria. Estábamos lanzados. Un par de minutos después, de nuevo el rubio cogió carril, y a su pase de la muerte sólo le faltó que Luisete hubiese tenido un número más de pie. Qué lástima. Al final pagamos nuestra ceguera de cara a puerta con un gol en contra en el que nada pudo hacer un Adri que ocupaba la portería.

Al recibir el cuarto se montó allí la marimorena. Con varios equipos locales intentando desestabilizar a los nuestros, la guinda la puso el macarra que tienen como entrenador en el ´A´. No contento con invadir una zona que no le correspondía, metió dentro del campo a sus jugadores. Y allí nadie hacía nada. Manoli se lo fue a recriminar y su chulería fue in crescendo. A tal grado llegó que nos dedicó una peineta. No creo que haga falta decir más, ni recordar lo que allí pasó. Nuestros chicos lo intentaron hasta el final, pero el ambiente provocado en esa sucia jugarreta le salió perfectamente. Para acabar sólo añadiré que con su pan se coman su liga y que la vida da muchas vueltas. Ya se irán dando cuenta que fuera de su chiringuito las cosas no serán siempre como ellos mangonean. Esta es la última crónica de una liga adulterada en la que en mi opinión, no deberíamos permanecer un minuto más. Pero yo no mando, quizá afortunadamente para los niños.