Sabíamos que iba a ser complicado. Ya en la ida, este correoso equipo fue capaz de arrebatarnos un empate. Su forma de jugar no es la que nos va... estábamos sobre aviso. Como fecha marcada en rojo en el calendario se jugaba un partido áspero, que merecimos ganar pero como ya he dicho más de una vez, con merecer no basta. Con lo que nadie contaba es con lo que sucedió al final. El árbitro reflejó en acta una serie de hechos con los que, el que aquí escribe, pasadas unas horas, no deja de alucinar. Ocurriese una cosa u otra, lo único cierto es que lo vamos a pagar, muy caro además. Mejor dicho, quienes lo va a pagar son los niños. Espero que esto se aclare, pero desde luego no puede pintar peor. Que cada uno haga acto de reflexión.
Ciñíendonos sólo al fútbol, segundo partido como locales en El Alamo. Convocatoria de dieciséis con la única ausencia por precaución de Javi por su maltrecha muñeca. Clásica formación táctica en búsqueda de aprovechar el tropiezo del Paco Córdoba y seguir la estela de los dos primeros clasificados.
Se enfrentaban dos estilos muy diferentes de concebir el juego. El nuestro, el de querer y mover la pelota, y el de ellos, de aprovechar cualquier resquicio para hacer daño al rival en un fallo. Con esas premisas, daba inicio un choque en el que la primera, iba a ser mostoleña; Marcos filtraba una bola a la izquierda donde aparecía Kike para estrellarla en la red cuando media grada cantábamos ya el gol. El dominio era claramente azul. Nuestros vecinos no variaban un ápice su planteamiento inicial y esperaban atrás destruyendo casi cualquier acercamiento. Se confirmaba que no iba a ser fácil.
Llegadas y ocasiones se acumulaban con el paso de los minutos. Tras un saque de esquina, Jose la echaba por encima del larguero aprovechando un rechace. Poco tiempo después, una falta algo lejana y escorada era botada por Vélez que enviaba el esférico rozando el poste. Sin ser arrolladores, ni mostrar la mejor versión que pueden dar, nuestros chavales perseguían con ahínco el gol que les pusiera por delante en el marcador.
Viendo que no acaban de llegar oportunidades muy, muy claras, el míster decidió permutar las posiciones de los extremos, pero lo que iba a ocurrir en el campo tiene una palabra: infortunio. En una jugada aislada en media cancha, Boliche pugnaba con su ex-compañero Samu un balón dividido, con tan mala leche que se torció la rodilla y tuvo que ser sustituido por Alberto. Con diez sobre el campo, se concedió un córner del que iba a nacer su gol. Con media ocasión consiguieron castigarnos; el lanzamiento fue al primer palo, donde alguien de naranja remató, Diego despejó al centro y nadie fue a achicar... lo dicho, sacaron petroleo de la nada.
Daba rabia observar cómo se adelantaban sin merecerlo, pero era lo que había. Menos mal que antes del descanso iba a llegar la reacción. Gabriel se atrevía a subir con un balón que había birlado y se lo ponía a Kike que, con una cabriola, se libraba de su defensor que lo derribaba claramente. Penalty que se iba a encargar de tirar y transformar de forma inapelable Marcos.
Si en la primera parte el dominio fue aplastante, en la segunda habría que multiplicarlo por un par de dígitos al menos. Alonso y Vega se hicieron con la zona ancha, por allí de cara a Manu nadie pasaba, y si alguien osaba hacerlo, ahí estaba una zaga impecable y aunque a alguno pueda parecerle mal destacar a alguien, no me resisto a ensalzar el partidazo que se cascó Iván, que se multiplicó por su zona para tapar y aportar en ataque. Los de Fuenlabrada achicaban las vías de agua como podían, en muchas ocasiones dando algún que otro palo, que el de amarillo les permitía aplicando de forma horrenda la ley de la ventaja que jamás nos favorecía.
Hasta tres llegadas de peligro se iban a producir casi de corrido, la más clara de todas, un tiro blandito de Jose que no tuvo problema en atrapar su guardameta. Nuestro ´10´ tuvo otra en una falta pintiparada al borde del área, pero su chut, también sin fuerza, iba a acabar en su jugador con guantes. Los visitantes reforzaban su primigenia idea de plantar un autobús que ríanse ustedes del que presumía Maguregui. Todos atrás esperando a que sonase la flauta en un pelotazo arriba.
Se acercaba inexorablemente el minuto setenta. Sobrevolaba el temor de no poder romper su tupida tela de araña. Qué cerca estuvo Aitor de hacerlo a falta de cinco, pero el rubio lo debío ver tan fácil, que la echó al centro. El acoso y derribo duraría hasta el final, un final que cortó de forma abrupta el orondo del silbato que sólo añadió veinte segundos. Incompresible, pero nada se podía hacer, como me temo que tampoco se podrá hacer con lo que puso en el acta. La palabra de estos semi-dioses es ley, y como decía al inicio de esta crónica, se va a pagar carísimo. Convendría aclarar qué paso y si hay alguien culpable, que sea honesto y que lo diga. Sinceramente, ya no sé que creer, pero lo que yo piense es irrelevante, la sanción no va a serlo por desgracia.
El partido, a pesar del resultado, me ha gustado mucho por parte de nuestros artistas. Fue un partido muy serio... pero esto es fútbol... y a veces se gana, otras se pierde, y nosotros empatamos (c'est la vie). Aunque una vez mas, el resultado y el juego es lo de menos. A mi me cuesta creer lo que ha puesto el árbitro en el acta, pero también me cuesta creer que se lo haya inventado, por lo que igual que dices tu Jesús, si alguien lo ha dicho que sea honesto y rectifique, ya que eso puede reducir la sanción (si es que finalmente la hay).
ResponderEliminarUna crónica acertadísima, como siempre. Las fotos de 10!
Sí que fuimos superiones pero mi cabeza no está en el partido está en la sanción y como bien dice Jesús se agradecería la sinceridad de el que dijo esas palabras al niño de el otro equipo (si es que las hubo).
ResponderEliminarGenial resumido tal y como fue una repetición del primer partido contra ellos de fútbol no querían saber nada solo ocho tíos atrás duros y patadon alante y haber que pasaba nosotros algún tramo del partido nos dejamos llevar por sus pelotazos pero también es fútbol un empate y a seguir queda mucha liga y viendo lo que puede pasar en cada partido no se sabe cómo acabará esto , lo peor es lo que reflejó el arbitro sea verdad o mentira el caso que los perjudicados son los niños el club y nosotros por la imagen que damos como aficionados ante todos los demas club .
ResponderEliminar(Míster)