Liga 2014/15, jornada 6: Abonados a la épica

Arroyo ´B´- 0 ; Móstoles URJC 'I'- 1

15-Nov-2014 / 15.15h  Municipal El Arroyo (Fuenlabrada)

Goles: 1-0 David II (63')

Reconozco que rebuscaba en mi cabeza un titular "negativo" poco antes de acabar el partido. Viendo lo que se producía sobre el campo me salía algo así como Estrellados ante un muro y los postes. Era increíble la forma en la que nos íbamos a dejar dos puntos por el camino; fue un acoso y derribo sin la pizca de fortuna para conseguir el gol que merecían Los Artistas. El tiempo se esfumaba, y con todo aparentemente perdido, esta vez le tocaba vestir el disfraz de héroe a David Catalín para lograr un triunfo que mantiene una semana más a nuestros figuras como líderes del grupo. Otra lección colectiva para disfrute de todos los que lo presenciamos.

Estreno de la camiseta azul con los nombres de los chicos impresos. Visita a un campo que nos era familiar y que siempre nos traerá buenos recuerdos. Trece niños disponibles al no poder contar con Adri, y este era el once titular con los posteriores cambios:

Comprobando la clasificación, este era un sitio donde había que asegurar los tres puntos. Me consta que a los chicos se les recalcó que no pensasen que iba a ser sencillo, pero viendo cómo fue el desarrollo del partido, todo se fue complicando inesperadamente.

No había duda de quién mandaba desde que el árbitro dio el silbatazo de inicio. Tocando y abriendo por ambas bandas con paciencia, los de azul acorralaban a un rival que apenas sobrepasaba la raya que delimitaba ambos campos. A Diego sólo le faltó el paquete de pipas y la silla de tijera ante sus nulos acercamientos. Pero arriba no acabábamos de concretar. Las combinaciones entre Sergio y Samu eran las que más profundidad nos daban, aunque al final nunca encontrasen por donde filtrase en una poblada defensa rival que achicaba nuestros ataques como podían.

Llegando al 19 tuvimos la más clara. Alberto botó un saque de esquina desde la diestra y sólo el larguero evitó el imponente cabezazo de Ale. Hasta el descanso no dejamos de atosigar sus dominios, pero nos faltaba el remate final; todos salían flojos y centrados. La mayoría coincidíamos en la grada sobre eso, y en que, en cuanto cayese el primero, lo harían muchos más.

Si el primer tiempo fue de claro dominio, la segunda fue ya algo exagerado. Se notaba que ellos hubiesen firmado el empate con los ojos cerrados y hasta invitar a los nuestros a merendar si se mantenía el 0-0. Los minutos pasaban con velocidad y se notaba algo de ansiedad porque el tanto no llegaba...y no sería por oportunidades. Ahora las pasamos a enumerar.

Samu tuvo la primera clara con un recorte en un palmo de terreno, lo tenía todo para pegarla, aunque prefirió picar el balón al segundo palo para la entrada de David II. Todos nos llevábamos las manos a la cabeza, pero no solo por la acción malograda, sino por escuchar a Pablo explicar que los había hecho "a lo Palenque". Jose Luis, el padre de Sergio le invitaba a seguir el ejemplo de Manolete...si no sabes torear, pa' qué te metes. Pero volvamos con el encuentro.

Más tarde llegaría otra ocasión que acabaría el en la cepa del palo. Otro córner de Alberto lo remataría David II y el balón se negaba a entrar. Restaba poco más de un cuarto de hora y las oportunidades no cesaban. El propio pequeños del clan de los Gómez la tuvo de falta, luego Luisete y Jose no llegaban a rematar un par de balones en el área pequeña...o si no, siempre aparecía un zaguero para despejar en el último instante esa pelota que se acercaba a la portería; en el País Vasco no se hacen ya frontones como la defensa del Arroyo.

La ansiedad pasaba a ser desesperación. Quedando apenas cinco minutos, otra vez David II la tuvo; remató un centro desde la derecha, el balón se fue al larguero botando casi sobre la línea, Luis y Samuel no supieron cómo empujarla después, un defensa la despejó como pudo, le volvió a caer de nuevo a nuestro interior zurdo que la estrelló de nuevo en el poste. Para quien no lo viese, era lo mismo que jugar al billar pero sin troneras donde alojar la bola. Imposible marcar. 

Volaban un par de puntos. Y pudo ser peor. Llegaron una vez y a punto estuvieron de marcar; menos mal que nuestro porterazo estuvo atentísimo para salir a tapar la internada de su delantero que amenazaba con instaurar la injusticia en el marcador. Nuestos figuras, pese a estar casi rotos físicamente lo intentarían hasta el final. Era casi lo mismo empatar que perder. Con todos arriba, despejaron un balón al que llegó milagrosamente Gabriel para enviar a la esquina. El tiempo estaba superado, y lo que casi nadie imaginábamos es que de ese saque de esquina vendría el éxtasis futbolístico.

Minuto sesenta y tres. Ellos crecidos, con el balón a cien metros de su portería, saboreando las tablas. Sacan el córner, nuestra defensa despeja fuerte, largo...tanto que llega hasta casi el centro del campo, y allí, como una centella aparece David, que zancada a zancada se aproxima hacia la gloria. El tiempo parecía congelarse en cada movimiento, tanto que que si se tratase de Oliver y Benji hubiésemos tenido que esperar a un nuevo capítulo. Finalmente llegaba a plantarse en el área. Su guardameta salía. Desde la grada, con 180 pulsaciones en los corazones casi todos gritaban "¡tira, tira!", pero el chaval, con sangre no fría, sino a punto de congelar, dribló al portero y a puerta vacía, conseguía el merecidísimo gol del triunfo. Otro final de infarto, y otros tres puntos a la buchaca. Con un par de narices, mantenemos el primer puesto. Bravo chicos, de verdad que sois fantásticos.