Liga Municipal, jornada 12: Eclipsados por un señor equipo

Fecha: 01/02/2013

Resultado: Móstoles Sur - 0 ; URJC Juventud - 10

¡Qué envidia! ¡Qué cochina y maldita envidia! El del viernes es un partido que creo que no podré olvidar nunca. Fue la demostración de cómo hacer bien las cosas con un grupo de chavales, y en nuestro lado, todo lo contrario. A la envidia le sumo la rabia, porque creo que hay grupo para haber hecho de nuestros chavales algo mejor, mucho mejor. Cuando Los Artistas se enfrentan a un equipo trabajado, disciplinado y solidario, se les ven las costuras. Claro que, ellos poca culpa tienen, cuando detrás está un club al que sólo le interesa recaudar la pasta, y la formación de los críos es algo absolutamente secundario. Pero no le echemos al Móstoles Sur toda la culpa. Nosotros, que ya conocemos el percal, tragamos, así que si el año que viene tropezamos en la misma piedra, más tontos seremos.

El partido tuvo poco que contar. El duo técnico alinéo de inicio a Diego en portería, con Adrían a la diestra y David a la siniestra, escoltados ambos por Alberto, y por delante una línea de tres formada de iquierda a derecha por Jose, Alejandro y Gabriel. El dibujo táctico no funcionó, sobre todo porque los niños no estaban por la labor. Pese a la charla motivadora previa, Los Artistas no hicieron honor a su nombre.

Sólo en los cinco primeros minutos se hicieron acreedores a que no se les llamase vagos. Durante ese tiempo una clásica internada de Gabriel por la derecha y un lanzamiento algo lejano de Ale, pusieron en dificultad a nuestro rival. Pero pronto pasó el espejismo. El líder jugaba de maravilla y tras nuestras posiblidades desperdiciadas, hicieron un par de goles que acabaron por hundir la moral de la cuadrilla.

Con 2-0 en contra el árbitro no dio continuidad a una clara falta que acabó en la red tras un fuerte chut de Alejandro. Miguel, el de Luisete, comentaba que quizá esa acción nos hubiese metido en el partido. Puede ser, aunque para mí nada nos hubiese salvado de la goleada. Otra cosa es la forma en la que la recibimos. Los niños bajaron los brazos y fueron espectadores sobre el césped del arrollador fútbol que tenían enfrente. Agunos como Alberto directamente se borraron no queriendo jugar, otros parecían zombies en el campo... una imagen muy fea.

El contagio en los chavales era general. Nadie daba una voz, un grito de aliento. Todo aquel que entraba a jugar lo hacía desmotivado. El saco de goles iba aumentándose entre la apatía. Fue una decena pero pudieron ser dos. Lo de menos eran cuantos, sino la desidia generalizada. Espero que partidos como este hagan reflexionar a los niños, aunque el gérmen que llevan dentro creo que será difícil de estirpar.